TÉCNICAS DE RELAJACIÓN.

23.05.2019

Las técnicas de relajación constituyen un conjunto de procedimientos de intervención útiles no sólo en el ámbito de la psicología clínica y de la salud sino también en el de la psicología aplicada en general.

Estas técnicas empiezan a tomar forma estructurada a partir de principios del siglo pasado con las primeras publicaciones sobre la Relajación Progresiva de Jacobson (1.929) y la Relajación Autógena de Schultz (1.932). 


Otras técnicas más modernas como las de biofeedback o retroalimentación son bastante más recientes y empiezan a desarrollarse a partir de los años 60 y 70 bajo el soporte de los avances en el terreno electrónico y la posibilidad de medir con precisión diferentes parámetros vitales (tasa cardiaca, resistencia piel, etc.). 

No obstante, pese a lo reciente de su incorporación desde el punto de vista formal, la relajación de una forma u otra ha estado presente desde los mismos inicios de la cultura humana. Cuando una mamá le canta a su pequeño una canción de cuna, cuando lo baña o le acaricia el pelo, cuando sabe escucharlo..., está generando consciente o inconscientemente tranquilidad y seguridad en su pequeño, en definitiva, logra relajarlo.

Técnicas de relajación según la edad.

Hemos comentado ya que la relajación o inducción a un estado de mayor tranquilidad (menor activación fisiológica) se inicia de forma natural a edades muy tempranas. 

Durante el primer año de vida, el bebé suele tranquilizarse mucho si siente a la madre cerca, hay contacto físico o se le balancea suavemente en sus brazos o en la cuna. También el hablarle o cantarle en tono suave y relajado propicia la transición hacia el sueño o un estado más calmado. Sin duda, todos estos recursos ya constituyen formas de relajación natural y universal.

Es a partir aproximadamente de los 2 años y medio y en paralelo al aumento de la capacidad de los niños para empezar a comunicarse verbalmente, cuando podemos introducir, si lo consideramos necesario, alguna actividad de relajación más estructurada.

En la siguiente tabla exponemos las diferentes técnicas de relajación según edad para pasar después a una explicación de estas.

Relajación progresiva de Jacobson

Las técnicas basadas o adaptadas de la original de Jacobson consisten básicamente en aprender a tensar y luego relajar los distintos grupos musculares del cuerpo, de forma que el niño o adulto sepa discriminar entre las sensaciones cuando el músculo está tenso y cuando está relajado. 

Se supone que una vez se ha aprendido a discriminar y lo convirtamos en un hábito, estaremos en mejores condiciones para identificar y tratar las diferentes situaciones cotidianas que nos crean ansiedad, tensión o emociones negativas. Este tipo de relajación puede aplicarse en niños a partir de los 7 u 8 aproximadamente.

La relajación pasiva.

Esta técnica se diferencia de la anterior (progresiva) en que no utiliza ejercicios de tensión. Puede resultar indicada cuando los sujetos presentan dificultades o incapacidad orgánica para tensar los músculos o relajarlos una vez tensados. 
También hay que destacar que aparte de las frases de la relajación pasiva se introducen frases típicas de la relajación autógena. Hay que recordar que hay que adaptarse a la edad y características de cada persona.

Relajación autogena

Esta técnica fue estructurada inicialmente por Schultz (1.932). Consiste, básicamente, en una serie de frases elaboradas con el fin de inducir en el sujeto estados de relajación a través de autosugestiones sobre:

  1. Sensaciones de pesadez y calor en sus extremidades.
  2. Regulación de los latidos de su corazón.
  3. Sensaciones de tranquilidad y confianza en sí mismo.
  4. Concentración pasiva en su respiración.

Al igual que sucede con las otras técnicas, se espera que tras el entrenamiento supervisado por el terapeuta o persona que lo aplique, el propio sujeto vaya practicando por él mismo hasta conseguir relajarse de forma automática.

LA RESPUESTA DE RELAJACIÓN 

Este método fue desarrollado por Benson (1.975) a partir de una adaptación de las técnicas de meditación tradicionales. En ellas se utiliza un "mantra" o palabra secreta susurrada al iniciado para producir estados de meditación profunda. 

Según este autor, cualquier palabra puede causar los mismos cambios fisiológicos que el "mantra". Los cambios fisiológicos más consistentemente encontrados son: decrementos en el consumo de oxígeno, eliminación dióxido de carbono y en la tasa respiratoria.


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